El paisaje por sí solo es mudo. Las rocas no dicen nada. Solo están ahí, al igual que los árboles, los ríos, el mar y la arena de la playa. No nos dicen nada. Solo tienen un historia geológica, biológica y, en la mayoría de los casos, antropológica, pero no quiere decir nada salvo lo que tú quieras mostrar.
Si quieres fotografiar un paisaje es importante dejarse impresionar por el lugar. Y para eso es necesario sentirlo. Cerrar los ojos y abrir el resto de los sentidos. Hay que dejar que las rocas, árboles, ríos y mares hablen.
El mensaje que transmite un paisaje es subjetivo, depende del ojo que lo mira y su particular visión del mundo. Es un error pensar que el paisaje solo es un bonito fondo de escritorio o una simple postal en el frigorífico. El paisaje puede ser metáfora de tu estado de ánimo o símbolo de una idea más profunda. Puede hacernos sentir emociones como un ser vivo. Depende de cómo lo mires, puede ser el protagonista o un simple decorado.
Cuando llego a un lugar busco los detalles que lo hacen diferente. El cambio de la luz a lo largo del día, la dirección de las sombras, el tono, y sobre todo, los sonidos del lugar: los pájaros o los ruidos de los coches, las olas del mar o unos niños jugando en la calle, todo es parte del paisaje y de cómo se hace habitable e inevitable.
Necesitamos estar un tiempo sobre un lugar para dejarnos sensibilizar e impresionar, para conocer el sentido del territorio y lo que la naturaleza ha modelado durante milenios. Esas fuerzas de la evolución han influido sobre las personas que lo habitan o que lo contemplan. Hay que estar y también ser el paisaje que queremos fotografiar. Los anglosajones no lo pueden identificar mejor con el To Be, “To Be or not to be, that is the question”, aunque yo prefiero parafrasear a uno de mis superhéroes favoritos y de los de verdad, al gran Lee «Empty your mind, be landscape my friend»
Intentar evocar la misma sensación al contemplarlo en vivo. Ese sería ya un gran logro. Lo excepcional sería condensar una historia del lugar en una fotografía o, mejor aún, expresar una idea a través de las rocas.
Amor, humor y respeto.
[simple-author-box]