Hay 3 funciones básicas en una cámara para controlar la luz. A saber, la sensibilidad, la velocidad de obturación y el diafragma.
Con la sensibilidad o también vulgarmente conocida como ISO, ajustamos la capacidad de nuestro sensor a captar más o menos luz, amplificando la señal lumínica recibida en el sensor.
Con la velocidad de obturación, podemos capturar, modificar, alterar el movimiento de una imagen. Es decir, podemos congelar o darle vida a una imagen.
Con el diafragma, en cambio, incidimos en la profundidad de campo de nuestra imagen y con ello, tenemos la posibilidad de poner el acento en aquello en lo que queremos centrar nuestra atención.
Y asi, podemos enumerar cada una de las funciones de una cámara fotográfica.
Podemos escribir un manual de como hacer una buena fotografía. De como emplear los distintos mecanismos-botones-ruletas-diales que lleva una camarita réflex para conseguir una buena foto o, mejor aún, podemos buscarlo por internet y enterarnos de una vez por todas para que sirve el diafragma o la velocidad de obturación.
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Hay un proverbio chino que dice «Regala un pescado a un hombre y le darás alimento para un día, enséñale a pescar y lo alimentarás para el resto de su vida«. Y a mi personalmente me gusta. Es más creo que el chino que lo dijera por primera vez en su aldea, hace más de mil años sería un tipo bastante interesante. Seguro que nos caería bien.
Desde siempre he creído que las cuestiones técnicas y las definiciones se pueden aprender en cualquier sitio. Solo basta un poco de atención y un poco de tiempo para asimilarlo.
Pero la fotografía no se trata solo de habilidades técnicas.
Reducir la fotografía a saber como funcionan los mecanismos de una cámara sería lo mismo que decir que el arte de ser un buen escritor se limita a saber emplear correctamente las reglas gramaticales de una lengua. No creo que nadie pueda pensar esto y tener más de dos dedos de frente.
Y es que el aprendizaje no debe ser solo de números y definiciones. El aprendizaje tiene que ir más allá. Debemos aprender a ver. A comprender. A hacer. A Sentir. A expresar.
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«Si el alumno no supera al maestro, ni es bueno el alumno, ni es bueno el maestro» dice otro proverbio chino. Y es que los chinos lo tienen claro. Y nosotros también.
En La Cámara Roja, esperamos que nos superéis y que os convirtáis en grandes fotógrafos y fotógrafas. Entendiendo como grandes, aquellos que podáis utilizar vuestra cámara para expresar, imaginar, comunicar, sentir y hacer sentir vuestro propio punto de vista. Esa es una de las grandezas de este medio: su capacidad para canalizar vuestro interior y aquello que veis para plasmarlo en un trozo de papel.
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Nosotros enseñamos todas las definiciones y funciones que hagan falta para que aprendáis a usar vuestra cámara de fotos. Pero también os enseñamos otras cosas. A ver, a mirar. A escuchar, a oír. Os enseñamos a que comprendáis que vuestra cámara es tan sólo una herramienta. Que la verdadera cámara está en vuestras cabezas, en vuestros ojos o dentro de vosotros.
Os enseñamos muchas cosas y pocas VERDADES. El tiempo ya se encarga de desmontarlas.
Salud, ánimo y cariño.
Nuevo Taller de Iniciación a la Fotografía en La Cámara Roja el próximo 10 de noviembre en Murcia.