Puedes quedarte mirándo un buen rato. Escuchando lo que dice. Puedes intentar oler esa hierba. Puede preguntarte porque se han colocado de esa manera. Puedes sentir el fresco de esa mañana o de esa tarde. Puedes pensar que les dirías, de que hablarías para que posaran de esa manera. Y a los niños, ¿que les contarías?.
En algún momento solo se trata de hacer un click. Pero no tan simple. En algún momento se trata de escuchar-sentir-oler-hablar-imaginar-hacer una foto. En algún momento te tienes que plantear como quieres hacer las cosas. Que tiempo le vas a dedicar. En algún momento tienes que decidir cuánta de tu valiosa energía vas a desprenderte para regalársela al mundo. Energía. Si. Puede que estemos hablando de energía.
O tal vez sea cuestión de mirar con otros ojos. O de estar ahí. Pero no solo estar, sino sentir que se tiene que estar en ese justo momento en que todo aparece. O puede ser lo contrario. Podría ser que no hay un instante decisivo sino que todo puede ser primordial. Podría ser que cualquier instante es el instante si miramos bien. Podría ser.
A veces es tan complicado como lanzarse de cabeza a por algo. No titubear. Simplemente tirar hacia delante. Hacer. Fabricar. Imaginar. Me gusta pensar que es algo manual y emocional. Que se trata de un juego que se construye a cada paso. Con cada gesto.
Con un poco de atención, puedes darte cuenta de muchas cosas que pasan en un minuto. De hecho, las cosas suceden en ese instante. En el mismo instante que tienes la cámara entre tus manos si estás preparada, si sabes lo que quieres. No se trata de llegar a la cima del mundo. No. Se trata de esperar a que las cosas sucedan delante de ti. O simplemente hacer que sucedan. Que también es complicado y fácil a la vez. Un juego, otra vez.
Así es nuestra forma de ver las cosas. Así es nuestra forma de enseñar fotografía. Aprendiendo a mirar. Mirar como práctica para entender el mundo. Para desenmarañarlo. Para descubrirlo. Para aprender a quererlo.
Miramos para descubrir como cada cuál entiende el mundo que le rodea. Fotografiamos para convencernos de que es de una determinada manera. Que está hecho de una materia insondable. De carne y hueso. De emoción y filosofía. Tenemos mucho que aprender de lo que vemos. Tenemos que aprender a sentirlo.
Ultimamente me gusta decir que hay que hacer la fotografía que cada uno es y cada una siente. No hay más. Simplemente eso.
Basta. Creo que por hoy está bien. Si queréis más, nos vemos en las clases. Así de tajante. A veces hay que ser sincero y directo.
Salud, ánimo y cariño.
Cursos de Fotografía en La Cámara Roja.
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