Puedes acechar a tu presa como si fueras una leona en la sábana. Agazapada, escondida. Hasta el momento justo antes del disparo.
Puedes emplear un gran teleobjetivo y un potente equipo de flashes camuflados entre la gente. Puedes disparar sin ni tan siquiera mirar a los ojos a tu presa.
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O puedes mirarla a los ojos y decirle lo que quieres. Que se quite la ropa. Que se desnude. Que se deje llevar. Puedes acercarte a ella. Calmarla. Entretenerla para que no se ponga nerviosa. Puedes dirigir sus movimientos sin que ella se de cuenta. Como haciéndola creer que tu solo estás ahí, sin hacer nada. Esperando.
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Puedes atrapar algo efímero y sincero. Un gesto, una mirada, un suspiro, algo esencial. Todo un carácter condensado en uno partido de 125 segundos. Una empresa imposible si no estás dispuesta a arriesgar. A dar un paso más.
Así es la fotografía de retrato. Tan difícil como sincera.
Salud, ánimo y cariño.
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El Retrato editorial con Sofia Moro, 30 y 31 de enero 2016.
Curso Medio de Fotografía. Inicio próxima convocatoria Enero 2016.