El hartazgo de los reportajes fotográficos
Es fácil hacer fotos bonitas. A sabiendas de que bonita es una categoría bastante subjetiva, pero lo que es más complicado es que una cuantas fotos formen reportajes fotográficos. Esos que te hagan percibir algo que pasa a tu alrededor de una forma bella e intensa.
Para mi, los reportajes fotográficos son algo más que unas fotos que relatan un hecho o un acontecimiento. Un reportaje o un trabajo de fotografía documental tiene que contar una verdad, pero no una verdad cualquiera, sino la verdad del que mira y observa. La verdad de la persona que está detrás de la cámara.
Me cansan mucho los reportajes fotográficos que siempre cuentan la misma historia de la misma manera. Es lo que solemos ver en los telediarios donde solo aparecen desgracias en las que las personas que las sufren solo son una estadística o un número como titular.
El libro «Ante el dolor de los demás»
No es que quiera decir que no haya que contar las desgracias, pero habría que hacerlo desde la piel que sufre, con respeto, dignidad y honestidad y no pensando solo en llamar la atención del que está sentado cómodamente en su sofá.
Y no está de más revisar uno de los clásicos de la literatura fotográfica y del arte como es el libro de Susan Sontag “Ante el dolor de los demás» en la que la autora nos analiza como interpretamos y consumimos las desgracias ajenas o de ver trabajos tan potentes y cargados de verdad como los de Jim Golberg o Sebastian Liste.
Vive la historia en primera persona
Cuando alguien sabe crear imágenes y además está dentro de la piel de uno de los protagonistas del reportaje, la historia se cuenta desde otro prisma.
La historia se vive, la hueles y prácticamente la tocas.
Esa es la principal y gran clave para hacer grandes reportajes fotográficos: vivir la historia en primera persona.
Una historia que tenga que ver contigo o con el lugar en el que vives o, simplemente, porque quieres enseñar algo que tu solo puedes ver.
Y esto no quiere decir que las fotógrafas que cuentan historias tengan que haberlas sufrido, no. Tiene que ver en que si quieres contar una historia debes empaparte hasta los huesos previamente.
Eso es algo que hace Alex Webb con sus trabajos. Antes de sacar una sola foto pasa días y el tiempo que haga falta para impregnarse de lo que pasa en el lugar donde va a fotografiar. Así, si que es posible captar la esencia de las historias.
Cuando formas parte de la historia
Pero si eres parte de la historia que quieres contar, has encontrado un auténtico tesoro.
Y esto es lo que sucede con Santa Rita con Gálvez, el trabajo fin de curso que nuestro alumno José Antonio Fernández presentó para el Curso medio de fotografía.
Santa Rita con Gálvez es el cruce de las dos calles donde se ha criado José, un barrio donde no hay línea que separe el bien del mal y que según las propias palabras de José:
“El recuerdo más antiguo que tengo es de subir por las escaleras de mi edificio con mi padre e ir apartando toxicómanos para poder subir.
En los años 90, el barrio era un infierno en la tierra.
A medida que iba creciendo veía como el destructor de mundos hacía de las suyas y me dio miedo y gracias a ese miedo no me acerqué.”
Y no creo que podamos imaginarnos lo que puede significar para un niño crecer en un barrio tan estigmatizado.
“Desde niño ya notas el rechazo racial que vives solo por nacer. La policía en el portal me registraba literalmente hasta el bocadillo que llevaba al colegio día si y día también.
Cuando vives en esas condiciones, el odio es el pan de cada día y piensas que la única salida que te queda para buscarte la vida es ilegal. “
“Pero si no caes en la desesperación, puede que encuentres otra ventana muy pequeña donde sabes que puede haber una salida que te ayude a escapar. Y, aunque sea una salida muy pequeña, sabes que es mejor.
Esa es la pequeña ventana que me ofreció la fotografía y, desde entonces, la utilizo para mostrar que también hay gente que busca esa ventana.
Gente que consigue escapar, pero sin olvidarme de las otras personas que, por desgracia, se quedan ahí atrapadas en la oscuridad. Ysiguen dando tumbos en esa espiral…”
Mirar con los ojos de un niño
Y es que cada vez que veo las fotos de Jose encuentro la mirada de ese niño que fue. Una mirada con asombro sobre lo cotidiano, encontrando una forma nueva para contar las mismas cosas.
Se trata, además de una mirada que como las mejores miradas, no juzga sino que solo ve y nos hace ver que detrás de cada estigma hay un niño, una niña, una madre, un padre, una hermana o un hermano.
En las fotos de José no veo los tópicos de la desgracia ajena, sino algo como en las fotos de Lewis Hine, que en palabras John Szarkowski (el que fue director de Fotografía del MoMA de 1962 a 1991), dijo:
“no denunciaban sino que eran celebración de las personas que tenían valor, habilidad, músculo y tenacidad. En sus imágenes hay poca piedad y mucho amor y respeto por aquellos a quienes casualmente se les llamaba gente común”
Fotografiar con el corazón
Puedo decirlo más alto pero no más claro, que estoy muy agradecido de haber ayudado a José a encontrar una forma de ver muy personal y de que el pueda ahora empezar a contar lo que pasa en su barrio, con esa mirada que, estoy seguro que con trabajo e intensidad va a relatar un montón de historias bellas y desgarradoras de lo que sucede en su propio barrio.
Como profesor y amante de la fotografía creo en su poder para cambiar y transformar la vida de las personas, es algo que he experimentado en mis propias carnes y estoy plenamente de acuerdo con José en todo el poder que tiene la imagen para encontrar una vía de escape en este mundo que, en ocasiones nos derriba y nos puede.
Pero es nuestra responsabilidad salir hacia delante y buscar esa ventana que nos haga felices, porque por mucho que nos duela, no tenemos que dejar de buscar la luz al final del túnel. Las personas necesitamos creer que podemos cambiar las cosas que no nos gustan y la fotografía me parece una herramienta superpoderosa para ello.
Gracias de nuevo José por confiar en mí y en La Cámara Roja como compañeros de viaje.
PD: Si quieres contactar con Jose, lo encuentras en su perfil de Instagram
Amor, humor y respeto
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